domingo, 15 de julio de 2007

Capítulo 1

De cómo Vladi Dobladi recibió la señal.

Ante una señal que sólo él vio en lo profundo del cielo, Vladi Dobladi subió el volumen refrigerante de su vieja heladera y emocionado por el ritmo enloquecedor que ésta propagaba en todo el ambiente edilicio, se paró sobre la mesa y anunció en un sólo grito su futura proeza:

-¡A Jamaica! ¡Libustrina y Calefón!

Cumplido el rito, bajó el nivel sonoro del aparato enfriador de porrones y afines. Luego la emprendió contra la calle.

- Muchas gracias –dijeron a coro un par de huevos batidos.

- ¿Qué te pasa, salamín? –dijo La Calle arrojando un adoquín sobre la cara de Dobladi.

Después ambos se enredaron en una feroz pelea. En los cuatro primeros rounds, La Calle golpeteó a Dobladi con total discreción y a punto estuvo de noquearlo. Sin embargo, el púgil humanoide logró recuperarse y a partir del quinto asalto, con más garra que estilo, castigó duramente a La Calle. Al sonar la última campana, no había un claro vencedor. Los jueces declararon el triunfo de La Calle por puntos y de esta manera pudo conservar la corona mundial de los Pesados. La decisión del jurado provocó la cólera de los parciales de Dobladi quienes, embebidos de bronca y de ginebra, persiguieron a los magistrados hasta las inmediaciones del Parque Independencia, lugar en el cual lograron salvar sus cogotes gracias a la divina ocurrencia de hacerse pasar por caballos de calesita.

Entre tanto, Vladi Dobladi ya se encaminaba en busca de sus compañeros de aventuras para hacerles conocer la noticia de la cual eran principales actores.

Una señal, en lo profundo del cielo, había cambiado sus destinos.

1 comentario:

Inspeculum dijo...

Hardo hen deceos del prócimo capítulo, joben.