A los lectores
Las páginas que a continuación leerán son el fruto de una profunda investigación que intenta reconstruir los últimos años de la impetuosa vida de Vladi Dobladi.
Inicié estos escritos hace varios años, más precisamente en el verano de 1998. Me encontraba descansando en las mansas playas de Costa Esmeralda junto a mi amigo Nahuel, cuando recibí un llamado de Diego Armando Stavela, que entonces se desempeñaba como director de la legendaria revista "El Adokín Fibroso". Me envió un sobre con fotografías y recortes de crónicas policiales. Quería que viajará a Buenos Aires para cubrir el postergado regreso de "
Acepté el trabajo. Desde entonces, Vladi Dobladi, sus amigos y sus andanzas, fueron mi principal objeto de estudio. Aquella primera nota publicada en "El Adokín Fibroso" fue la piedra fundacional de este libro que hoy y aquí presento.
Absurda, Histórica, Generalista, Kitsch, Sexista, Burguesa, Romántica, Social, Breve, Ansiolítica, Barroca, Notablemente Excedida de Adjetivaciones Intrascendentes, Infantil, Adolescente, Escatológica, Torpe, Ridícula, Mala, son algunos de los calificativos que recibió.
Concepción Dobladi, bisabuela de Vladi Dobladi, ha considerado a este libro como "un verdadera torreja de calumnias y sospechas nunca resueltas", y como poseedora exclusiva de todos los derechos del bisnieto, se ha negado sistemáticamente a autorizar su publicación.
Espero que algún día "Una señal en lo profundo del cielo" llegue finalmente a las bateas de las disquerías. Deseo especialmente que sea leída por las nuevas generaciones. Se hace necesario arrojar un poco de luz sobre aquellos oscuros tiempos de la historia americana, años en que seguir a Dobladi podía significar persecución, cárcel, tortura o muerte.
Por último, agradezco profundamente a todos los que colaboraron valientemente con sus testimonios. Gracias a mis compañeros de
Finalmente, un especial recuerdo para ustedes: Vladi, Maestro, Terry, Jaleo, Gamai, El Monje y tantos otros que con el correr de los años, sin jamás proponérselo, se transformaron en símbolo andante del espíritu rebelde que atravesó con sagrada dignidad una época plagada por las pestes de la ignorancia y la mala voluntad.
Siento, en mi corazón, aquel eterno grito de batalla:
- ¡A Jamaica, compañeros! ¡Libustrina y Calefón!
5 comentarios:
Hespero hancioso hesa hovra.
Disuculpe, pero soi tan vruto que hescrivo culo con "s".
¡A Jamaica, compañeros! ¡Libustrina y Calefón!
Saludos a la patrona
A.
ce hagradeze chei
Desopilante! profundo! jja.
Ya leerè mas!
buenisimo fer, ya mismo la recomiendo desde el blog =)
abraxo
eza tereza!!! tante grazie!!! zaludoz a la reina zofía
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